martes, 3 de mayo de 2016

LA VUELTA

En alguna ocasión Juan Rulfo escribió:
“Que al lugar donde fuiste feliz no debieras volver" Y yo volví.

Después de trece largos años regrese al lugar que me vio crecer, Colima.
Mucha alegría y nostalgia invadió mi ser al deleitarme de nuevo con los gigantescos volcanes que resguardan Colima.

Todo era diferente.
La entrada a Colima por la parte norte ya no era el Diezmo, algunas calles antes empedradas ya estaban cubiertas de asfalto, mucha gente de fuera, tráfico.
La ciudad se había comido gran parte de aquellas verdes huertas en las cuales alguna vez corte sus frutos con libertad. Unos cuantos jardines ya eran centros comerciales.
Los negocios de familias de Colima fueron consumidos por las grandes empresas extranjeras.
El famoso restaurante la Taba ya no existía, de donde recuerdo esas noches de fama que un ex-vecino mío que quiero mucho ahí tenía cuando lo dejaban cantar. El Zirahuen desapareció.
Regalos Lili también ya no existe.
La Oruga, Casa Barreda, Blanco, El Paraíso, El Diablito, todos negocios tradicionales de Familias Colimenses que con el tiempo se esfumaron.
Los majestuosos cines Colimenses, Jorge Sthal, el Cine Princesa, el Cine Colima, el Cine Diana, las dos salas de Plaza del Rey, desplazados por Cinepolis y Cinemas del Country! Deberían haberlos hecho Patrimonio de Colima. Algunos ríos ya secos. Colima  se expandió de forma sorprendente, ¡Claro! Trece años, que esperaba.
Lo que no cambió fue ese olor a empedrado mojado, el olor del ladrillo, la calidez de su gente, los tuberos, los tejuineros, ese silencio vespertino entre las dos y cuatro de la tarde, sus bellas palmeras, sus torterias, cenadurías, peleterías, incluso la Petatera año con año sigue.
La Curra. Q.E.P.D.
Hasta ese momento todo estaba bien, cuando de repente me percate de algo muy extraño, la gente que deje de ver, ya no era la misma, estaban avejentados, agotados, acabados, algunos con su cabello completamente blanco. El Cometa y sus relojes, la Curra, ya no estaban, ya eran muy pocos los ancianos de los jardines Torres Quintero y San José. Aquellas hermosas mujeres que alguna vez me hicieran suspirar, ya no eran las mismas, estaban casadas, envejecidas, en cierta forma... infelices. Ahí fue cuando me percate de una forma espeluznante, que yo, que yo... Ya era viejo también, en mi ser, y en el recuerdo de aquel lugar que me vio crecer.

...Colima




Modesto Iván Zepeda Jr.

*El Poeta de la Luna llena.
*Estadounidense de padres mexicanos.
*Poesía, narrativa, cuentos, prosa.
*https://m.facebook.com/profile.php?id=386851394718983&tsid=0.502030223608017&source=typeahead
*Blog http://desquiciadoymelancolico.blogspot.com/?m=1

*modestozepeda@me.com

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