viernes, 23 de noviembre de 2012

Entrevista


Quien no lee, no alcanzará
la prosperidad: Pazarín

Francisco Castañeda Avila - Dimensión
A lo largo de casi cincuenta años de vida, el escritor zapotlense, avecindado en el pueblo de Tonalá, ha invertido un gran parte de su vida a la lectura: “Comencé a leer a los trece años y no he dejado de hacerlo, es parte de mi vida, de mi oficio”, explica; durante todo este tiempo, además, ha sido testigo del crecimiento y descalabros de la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, que este año abre su versión veintiséis, “con la novedad que el premio FIL, otorgado al peruano Alfredo Bryce Echenique, recibió el reconocimiento por adelantado y en su domicilio, envuelto entre el escándalo internacional, pues al parecer está acusado en su país de plagio”.
El poeta, narrador y periodista Víctor Manuel Pazarín ha asistido a la FIL, como reportero de diversos diarios tapatíos, por varios años, y solamente en dos ocasiones como participante una mesa de trabajo y una puesta en escena, y dice haber solicitado desde sus columnas periodísticas “que se haga un espacio para todos los que escribimos en Jalisco”, pues afirma, nunca Jalisco ha sido el invitado de honor en la Feria del Libro.
Sobre la FIL y la lectura, nos habla en esta entrega de una larga entrevista.


¿Cómo vez la organización de la edición de la FIL 2012?
La experiencia de veintiséis años de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara es ejemplar; es decir, ha logrado un mecanismo formidable con relación a su organización. Es ejemplo de cómo pueden lograse las cosas, y lo que digo, no quiere decir que a mí en lo personal me guste asistir a la FIL. Desde hace varios años que no voy y ha sido una decisión reflexionada.
El punto es que ya no me es atractiva ni le encuentro novedad. Fui como reportero a la FIL, por muchos años. Me encontré a mis autores más queridos y pude —en muchos casos—, tener un acercamiento y hablar con ellos. El resultado lo reporté en los diarios en los que he trabajado.
Actualmente,  las pocas veces y horas que asisto a la Feria, se debe a asuntos de amistad; voy al encuentro de mis amigos que veo quizá una vez al año, pero me quedo poco tiempo y en el resguardo de su cariño. No soy un consuetudinario de los eventos que allí se realizan.
En los últimos años he asistido porque llevo a mis nietos, mis apreciaciones personales no permitió que influyan para que ellos no la puedan disfrutar. Uno debe ir a un lugar, porque sabe que se encontrará con aquellas personas amadas. Nunca porque hay que dejarse ver o por rutina.

¿Qué podemos esperar?
De la FIL se puede esperar todo. En esta ocasión se notará la ausencia del ganador de su premio, que no vendrá supongo para evitar enfrentar los escándalos que provocaron los supuestos plagios que cometió y de los que se le acusan, además de que ya recibió el monto del premio en su domicilio, algo que resulta inédito y a la vez, extraño. En lo personal, nunca he leído al escritor peruano Alfredo Bryce Echenique, y los dimes y diretes que se han suscitado, me han caído en gracia, me han divertido…
Todo se puede esperar —repito— de la FIL.

¿Qué mejorarías de la FIL?
Desde hace muchos años, y desde la trinchera de los periódicos en los que he trabajado a lo largo de un tiempo igual a la edad de la FIL, he solicitado, a nombre de mis colegas escritores y poetas, que se haga un espacio para todos los que escribimos en Jalisco.
Si la memoria no me falla, nunca ha sido el invitado de honor Jalisco, ni sus escritores, y no me refiero a Rulfo o Arreola, o a cualquier autor prestigiado ya por la historia de nuestras letras, me refiero a los que hacemos cotidianamente a Guadalajara y Jalisco un territorio de la poesía y literatura con nuestras obras, quizá menores, pero no por ello menos importantes que las realizadas por las estrellas de nuestra literatura nacional.

¿Como escritor, consideras que es buen aparador la FIL Guadalajara?
Como escritor no soy un panecillo de Zapotlán (o Tonalá) o unos ligeros de mujer, soy escritor. Y todo aparador es para un producto, algo que no soy, por tanto, nunca he considerado que para mí sea un aparador la FIL. Eso está bien para los que intentan venderse: hasta ahora no me he vendido —ni políticamente ni culturalmente.
No niego que he buscado allí a un editor, lo he hecho, pero en veintiséis años solamente he participado dos veces: en la primera edición, como actor, hicimos una obra escénica, cuyo título fue Sin sosiego, basada en Pedro Páramo, de Juan Rulfo; la segunda vez, presenté en diez minutos un breve libro de cuentos de una escritora, tuve que esperar tres horas de palabrería de los conferencistas de toda América Latina, quienes venían a echar su rollo.
Fui a la mesa; presenté el libro, y me salí.

¿Qué opinas sobre el país invitado, Chile?
Es uno de los países más entrañables para mí. De allí surgieron grandes poetas que admiro. Es una patria deseable y tengo allá grandes amigos —la mayoría escritores— con quienes me carteo cotidianamente. Chile para mí son las voces de Gabriela Mistral, Vicente Huidobro, Pablo de Rocka, Pablo Neruda, Nicanor Parra, Violeta Parra, Gonzalo Rojas, José Donoso, Jorge Edwards, Víctor Jara, Antonio Skármeta, por nombrar sólo algunos.
Cómo no amar a ese país de poetas, narradores, cantantes y pintores que me han enseñado a amar la literatura y el arte…

En esta ocasión, el Premio Sor Juana Inés de la Cruz es para la chilena Lina Meruane ¿qué opinión te merece?
El premio ha tomado una relevancia y una altura respetables; sin embargo, como ocurre siempre, uno no puede leer todo.  El caso es que conozco a la escritora. Nunca la he leído y solamente sé su nombre, de tal forma que no tengo alguna opinión.

¿Existe en México interés por la lectura?
Como en muchos temas que deberían interesarnos a los mexicanos en general, no hay mucho interés por leer. Es un asunto muy penoso, pues muchos hablan de libros, pero no los leen. La lectura se ha marginado y es un extraño quien lee. La gente lo comienza admirar por ello… y yo pienso que debería ser una costumbre leer entre nosotros. Una sociedad que no lee no alcanzará una prosperidad y un criterio para elegir mejor a sus gobernantes. Sin embargo, ya comprobamos que para llegar a ser presidente en este país, no hace falta leer… un mal ejemplo el que nos han dado, pero que ya habíamos tomado por iniciativa propia desde hace mucho tiempo. 

¿Crees que las campañas sobre la lectura han dado resultados positivos?
Definitivamente No. Para crear lectores en las escuelas hace falta que los maestros lo sean. Ya sabemos que quienes manejan las campañas y los programas, no leen. He trabajado en talleres con maestros y es lamentable el nivel que mantienen. Esos maestros trabajan en los rincones de lecturas de la SEP y no tienen ni la mínima idea de lo que es leer y así no se puede contagiar a los niños el gusto por la lectura.

¿Funciona el programa Creación de lectores?
Un programa que es obligatorio no puede funcionar nunca. La lectura es un buen vicio que solamente los apasionados pueden contagiar. Para transmitir una enfermedad o contagiar un vicio —ya sabemos— hay que estar primero nosotros “enfermos”: si lo estamos, deberíamos comenzar propiciar el contagio de nuestra pasión por la lectura, a los demás…

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