Quien
no lee, no alcanzará
la
prosperidad: Pazarín
Francisco
Castañeda Avila - Dimensión
A lo largo de
casi cincuenta años de vida, el escritor zapotlense, avecindado en el pueblo de
Tonalá, ha invertido un gran parte de su vida a la lectura: “Comencé a leer a
los trece años y no he dejado de hacerlo, es parte de mi vida, de mi oficio”,
explica; durante todo este tiempo, además, ha sido testigo del crecimiento y
descalabros de la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, que este
año abre su versión veintiséis, “con la novedad que el premio FIL, otorgado al
peruano Alfredo Bryce Echenique, recibió el reconocimiento por adelantado y en
su domicilio, envuelto entre el escándalo internacional, pues al parecer está
acusado en su país de plagio”.
El poeta,
narrador y periodista Víctor Manuel Pazarín ha asistido a la FIL, como
reportero de diversos diarios tapatíos, por varios años, y solamente en dos ocasiones
como participante una mesa de trabajo y una puesta en escena, y dice haber
solicitado desde sus columnas periodísticas “que se haga un espacio para todos
los que escribimos en Jalisco”, pues afirma, nunca Jalisco ha sido el invitado
de honor en la Feria del Libro.
Sobre la FIL y
la lectura, nos habla en esta entrega de una larga entrevista.
¿Cómo vez la
organización de la edición de la FIL 2012?
La experiencia
de veintiséis años de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara es
ejemplar; es decir, ha logrado un mecanismo formidable con relación a su
organización. Es ejemplo de cómo pueden lograse las cosas, y lo que digo, no
quiere decir que a mí en lo personal me guste asistir a la FIL. Desde hace
varios años que no voy y ha sido una decisión reflexionada.
El punto es que
ya no me es atractiva ni le encuentro novedad. Fui como reportero a la FIL, por
muchos años. Me encontré a mis autores más queridos y pude —en muchos casos—,
tener un acercamiento y hablar con ellos. El resultado lo reporté en los
diarios en los que he trabajado.
Actualmente, las pocas veces y horas que asisto a la Feria,
se debe a asuntos de amistad; voy al encuentro de mis amigos que veo quizá una
vez al año, pero me quedo poco tiempo y en el resguardo de su cariño. No soy un
consuetudinario de los eventos que allí se realizan.
En los últimos
años he asistido porque llevo a mis nietos, mis apreciaciones personales no
permitió que influyan para que ellos no la puedan disfrutar. Uno debe ir a un
lugar, porque sabe que se encontrará con aquellas personas amadas. Nunca porque
hay que dejarse ver o por rutina.
¿Qué podemos
esperar?
De la FIL se
puede esperar todo. En esta ocasión se notará la ausencia del ganador de su
premio, que no vendrá supongo para evitar enfrentar los escándalos que
provocaron los supuestos plagios que cometió y de los que se le acusan, además
de que ya recibió el monto del premio en su domicilio, algo que resulta inédito
y a la vez, extraño. En lo personal, nunca he leído al escritor peruano Alfredo
Bryce Echenique, y los dimes y diretes que se han suscitado, me han caído en
gracia, me han divertido…
Todo se puede
esperar —repito— de la FIL.
¿Qué mejorarías
de la FIL?
Desde hace
muchos años, y desde la trinchera de los periódicos en los que he trabajado a
lo largo de un tiempo igual a la edad de la FIL, he solicitado, a nombre de mis
colegas escritores y poetas, que se haga un espacio para todos los que
escribimos en Jalisco.
Si la memoria no
me falla, nunca ha sido el invitado de honor Jalisco, ni sus escritores, y no
me refiero a Rulfo o Arreola, o a cualquier autor prestigiado ya por la
historia de nuestras letras, me refiero a los que hacemos cotidianamente a
Guadalajara y Jalisco un territorio de la poesía y literatura con nuestras
obras, quizá menores, pero no por ello menos importantes que las realizadas por
las estrellas de nuestra literatura nacional.
¿Como escritor,
consideras que es buen aparador la FIL Guadalajara?
Como escritor no
soy un panecillo de Zapotlán (o Tonalá) o unos ligeros de mujer, soy escritor.
Y todo aparador es para un producto, algo que no soy, por tanto, nunca he
considerado que para mí sea un aparador la FIL. Eso está bien para los que
intentan venderse: hasta ahora no me he vendido —ni políticamente ni
culturalmente.
No niego que he
buscado allí a un editor, lo he hecho, pero en veintiséis años solamente he
participado dos veces: en la primera edición, como actor, hicimos una obra
escénica, cuyo título fue Sin sosiego, basada en Pedro Páramo, de Juan Rulfo;
la segunda vez, presenté en diez minutos un breve libro de cuentos de una
escritora, tuve que esperar tres horas de palabrería de los conferencistas de
toda América Latina, quienes venían a echar su rollo.
Fui a la mesa;
presenté el libro, y me salí.
¿Qué opinas
sobre el país invitado, Chile?
Es uno de los
países más entrañables para mí. De allí surgieron grandes poetas que admiro. Es
una patria deseable y tengo allá grandes amigos —la mayoría escritores— con
quienes me carteo cotidianamente. Chile para mí son las voces de Gabriela
Mistral, Vicente Huidobro, Pablo de Rocka, Pablo Neruda, Nicanor Parra, Violeta
Parra, Gonzalo Rojas, José Donoso, Jorge Edwards, Víctor Jara, Antonio
Skármeta, por nombrar sólo algunos.
Cómo no amar a
ese país de poetas, narradores, cantantes y pintores que me han enseñado a amar
la literatura y el arte…
En esta ocasión,
el Premio Sor Juana Inés de la Cruz es para la chilena Lina Meruane ¿qué
opinión te merece?
El premio ha
tomado una relevancia y una altura respetables; sin embargo, como ocurre
siempre, uno no puede leer todo. El caso
es que conozco a la escritora. Nunca la he leído y solamente sé su nombre, de
tal forma que no tengo alguna opinión.
¿Existe en
México interés por la lectura?
Como en muchos
temas que deberían interesarnos a los mexicanos en general, no hay mucho
interés por leer. Es un asunto muy penoso, pues muchos hablan de libros, pero
no los leen. La lectura se ha marginado y es un extraño quien lee. La gente lo
comienza admirar por ello… y yo pienso que debería ser una costumbre leer entre
nosotros. Una sociedad que no lee no alcanzará una prosperidad y un criterio
para elegir mejor a sus gobernantes. Sin embargo, ya comprobamos que para
llegar a ser presidente en este país, no hace falta leer… un mal ejemplo el que
nos han dado, pero que ya habíamos tomado por iniciativa propia desde hace
mucho tiempo.
¿Crees que las
campañas sobre la lectura han dado resultados positivos?
Definitivamente
No. Para crear lectores en las escuelas hace falta que los maestros lo sean. Ya
sabemos que quienes manejan las campañas y los programas, no leen. He trabajado
en talleres con maestros y es lamentable el nivel que mantienen. Esos maestros
trabajan en los rincones de lecturas de la SEP y no tienen ni la mínima idea de
lo que es leer y así no se puede contagiar a los niños el gusto por la lectura.
¿Funciona el
programa Creación de lectores?
Un programa que
es obligatorio no puede funcionar nunca. La lectura es un buen vicio que
solamente los apasionados pueden contagiar. Para transmitir una enfermedad o
contagiar un vicio —ya sabemos— hay que estar primero nosotros “enfermos”: si
lo estamos, deberíamos comenzar propiciar el contagio de nuestra pasión por la
lectura, a los demás…
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