Pergamino
balompédico
Alex
Carbajal Berber
Los
espías de Iberia
Barcelona
y Real Madrid, en la etapa posterior a los enfrentamientos que sostuvieron en
la Liga y la Copa del Rey -en la que el
conjunto catalán extrañó profundamente la presencia de Tito Vilanova en el
banquillo-, han quedado sumergidos en escándalos de espionaje desde dentro de
su mismo club, tanto para directivos como para jugadores, por cuantiosas
cantidades de euros.
Quizá
no sea un tema nuevo, pero sí resultó polémico que las fuentes del espionaje
hayan salido desde dentro de sus propios clubes, con fines no especificados por
parte de aquellos que contrataron el servicio de investigación privada.
En
el caso del conjunto catalán, se informó que el propio Pep Guardiola habría
solicitado a la directiva un plan de “vigilancia” sobre ciertas figuras del equipo,
para saber si seguían sus recomendaciones sobre el cuidado individual de su
vida como futbolistas profesionales de alto nivel competitivo. La cuenta no fue
nada pequeña: 3 millones de euros, cantidad que habrían cobrado las agencias de
detectives privados, a cambio de informar al equipo sobre actitudes poco
profesionales de sus figuras.
La
noticia que llegó desde Valdebebas es un tanto distinta. Ramón Calderón, en su
campaña para ser presidente del Madrid, fue mandado espiar, junto a toda su
familia, por Juan Miguel Villar Mir, el rival en dicha elección de la junta
directiva.
Otro
escándalo, en este caso de arreglos en su reelección, comprometió el futuro de
Calderón en el equipo blanco, haciéndolo dimitir como presidente en 2008; sin
embargo, el ex mandamás madridista mostró su descontento por la infiltración en
su vida privada, y la de su esposa e hijas, que dejó un saldo de cientos de
fotografías y evidencias, producto de una investigación cifrada en, al menos,
un millón de euros.
El
asunto no termina ahí. El espionaje en Europa está en auge, después de que los
amaños de partidos han proliferado en prácticamente todas las ligas del Mundo,
sobre todo en aquellas de segundo orden, e incluso los fichajes comprometidos o
supeditados a relaciones extradeportivas. El deporte en sí se está sumergiendo
en un mundo de teléfonos pinchados, conversaciones grabadas y fotografías con
telefoto, pues no solamente el futbol está inmerso en esta dinámica, lo están
más otras disciplinas como el ciclismo con la Operación Puerto.
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