sábado, 30 de marzo de 2013

OPINIÓN


TAREA POLÍTICA

José Luís Santana Ochoa

PRIISMO PORTEÑO

El próximo presidente del Comité Directivo Municipal (CDM) del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en Manzanillo, tendrá la misión imposible de restaurar en la militancia tricolor la armonía perdida por la refriega electoral anterior en la que, de los cargos locales en disputa, solamente ganaron una diputación local.
Después de 9 meses ya de airadas recriminaciones de unos a otros, por haber respaldado a la fórmula panista encabezada por el ahora alcalde de Manzanillo, Virgilio Mendosa Amezcua, hay priistas sensatos que piensan que tiempo es ya de olvidar agravios mutuos y definir el perfil de liderazgo que le garantice al priismo porteño su integración y fortalecimiento interno, para recuperar de lo perdido el 1° de julio de 2012, lo que aparezca el primer domingo de julio de 2015, fecha en que estará también en disputa la gubernatura del Estado.

Por el enorme peso que los electores de Manzanillo tienen en la contabilidad estatal de votos, el partido político que gane esta importante plaza municipal, logrará la victoria estatal. No es exagerado afirmar que el principal acceso a Palacio de Gobierno, Complejo Administrativo y Casa de Gobierno, en 2015, será por el puerto y sus votantes. De este tamaño es lo que el PRI se juega en la capital económica del Estado, razón por la cual debe cuidar que su representación en este municipio no quede en manos de cualquier taralatas, de quien más presione, grite, amenace  y patalee, al estilo Pico Zepeda.  
Además de superar el tema de las traiciones que Armida Núñez y sus simpatizantes le imputan a Francisco Zepeda González y a las desencantadas huestes de éste, la nueva dirigencia municipal priista porteña tendrá que encontrar la fórmula para financiar sus tareas proselitistas y de organización, con recursos económicos muy escasos. Este difícil escenario no desalienta a quienes aspiran a presidir el CDM de Manzanillo los próximos tres años, pero necesitarán algo más que ganas de ocupar el cargo, otra cosita además de un poco de gracia: el visto bueno y el respaldo de quienes mucho se juegan en Manzanillo, tanto los que buscan la gubernatura, como quienes pretenden la alcaldía.
La mayoría de los cuadros priistas que han expresado su interés en sacrificarse por su partido los próximos tres años como sus dirigentes, no dimensionan los retos que el cargo que pretenden enfrentará de cara a los próximos comicios, desde el lado de la oposición. Disputarle el territorio electoral al Partido Acción Nacional (PAN) que es gobierno y tiene como primer panista en el municipio a un  hábil político, como lo es Virgilio Mendoza Amezcua, no será empresa fácil para el priismo manzanillense. No se hace uno de todos los que hasta la fecha han levantado sus manos para decir que quieren.

EL ACABO
El túnel ferroviario de Manzanillo, con las debidas  modificaciones a su proyecto original, cruzará la ciudad a la altura del viejo hospital civil de San Pedrito. Resuelto que ha sido este punto, ahora los porteños deberán exigir que los puentes vehiculares, como en este espacio de opinión periodística se ha señalado, sean “obras arquitectónicas que armonicen con la ciudad e incluso que sean motivo que invite a la población a acudir al centro histórico”. Tienen en el Instituto de Planeación de Manzanillo (INPLAM), al ente capaz de garantizarles que así sea, siempre y cuando lo respalden y le otorguen recursos financieros suficientes para que opere a plenitud. 
Con un discurso más institucional y menos autoritario que el empleado por su antecesor en el cargo, el director del Centro de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), Alejandro Torres Contreras, habla ya de la elaboración de “un programa de trabajo para operarlo de manera conjunta con el ayuntamiento -de Manzanillo- a efecto de que lo antes posible puedan continuar los trabajos de este proyecto necesario para las operaciones del puerto y para la ciudad”.


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