Centros de rehabilitación no
deben
violar derechos humanos: Crispín
*Se revisarán operen de manera
adecuada todos los Centros de Rehabilitación, Desintoxicación y Anexos en el
Estado, destaca el diputado local del PAN
Redacción – Dimensión
El alcoholismo y la
drogadicción son problemas que dañan de manera sensible a la sociedad pues
trastocan uno de los principios fundamentales de ésta, que es la sana
convivencia, vulnerando al mismo tiempo la integración familiar y fungiendo
como uno de los motores principales de agresiones y conductas ilícitas lo cual
vuelve necesario voltear la vista a este delicado problema en búsqueda de
herramientas que nos permitan combatirlo.
El coordinador del Grupo
Parlamentario del PAN, Crispín Guerra, señaló, “una de las alternativas que
tienen las personas que han caído en alguna de las adiciones, es la de acudir a
clínicas de Rehabilitación y desintoxicación, que en primer término tendrían
que representar un aliado fundamental en la lucha que las personas libran para
dejar atrás su adicción”, puntualizo,
“sin embargo han comenzado a aparecer diferentes centros de
rehabilitación y desintoxicación que no cumplen con los mínimos requerimientos
para realizar su labor y han sobrepasado el verdadero fin por el que deberían
de ser creados”
.
La Norma Oficial Mexicana
028-SSA2-1999 para la Prevención, Tratamiento y Control de las Adiciones en la
que se señalan las condiciones para la prestación de este servicio en los
establecimientos públicos y privados, afirman que los establecimientos
especializados en adiciones que brinden atención residencial deben contar con
el aviso de funcionamiento respectivo, así como con el registro como
institución especializada ante el Consejo Nacional contra las Adicciones
(CONADIC), con un programa general de trabajo aprobado por dicho consejo en el
que se especifique el tratamiento médico y/o sicosocial que se brinda, basado
en principios científicos, sociales y éticos, contar con un reglamento interno,
entre muchos requisitos más.
En la actualidad son múltiples
los testimonios que avalan que la mayoría de estos centros no funcionan con los
requerimientos establecidos en la norma señalada, causando violaciones graves a
derechos humanos de los internos, además de ocasionar problemas graves en el entorno
donde se localizan, por lo que, si bien debemos pugnar por más alternativas y
más centros que permitan la desintoxicación de los adictos, también debemos ir
poniendo en orden en los que ya operan.
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