sábado, 4 de octubre de 2014

TAREA POLÍTICA

José Luís Santana Ochoa

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Con esta frase y luciendo una sonrisa que el fotógrafo logró sacarle a su normalmente circunspecto rostro, el presidente de la Comisión de Puertos y Marina Mercante de la Cámara de Diputados, Arnoldo Ochoa González anuncia mediante espectaculares estratégicamente ubicados en diferentes puntos de la geografía estatal, su Segundo Informe de Labores Legislativas, evento de trascendental impacto político de cara al 2015, que tendrá lugar el próximo sábado, a partir de las diez y media de la mañana, en el Teatro “Alfonso Michel”, de la Casa de la Cultura de la capital del Estado.

El tres veces diputado federal, ex diputado local, ex secretario general de  Gobierno y ex gobernador interino de Colima, aspira a la nominación de su partido, el PRI, a la gubernatura del Estado 2015-2021, la cual participa en el concurso tricolor “Bailando por un sueño”, integrado a la quinteta de finalistas en la que también figuran el alcalde capitalino Federico Rangel Lozano, Rogelio Humberto Rueda Sánchez, Mely Romero Celis y José Ignacio Peralta Sánchez. Su informe, que dará de qué escribir los próximos días, marcará el relanzamiento de su proyecto que tiene como objetivo relevar en el cargo a Mario Anguiano Moreno
Arnoldo es percibido por sus compañeros de partido y miembros de otras conformaciones políticas e  instituciones de toda índole, como un político en plena madurez, cuya experiencia, capacidad, conocimientos  y oficio en la disputa y el ejercicio del poder público, además de su ecuanimidad y vinculaciones con actores locales y nacionales del quehacer gubernamental, de la vida pública, que le garantizaría a los colimenses el gobierno que necesitan y demandan para superar el desastroso estado de cosas imperante, siempre y cuando logre la candidatura, primero; y luego, salve la aduana de las urnas el domingo 7 de junio de 2015.
Ya sesentañero, aunque todavía en los primeros años de la sexta decena, Arnoldo todavía está en edad de merecer. Desde hace rato que dejó de ser joven, pero aún cree en el cambio, la transformación y el dinamismo, como vías  para lograr el crecimiento y el desarrollo integral y armónico del Estado, misión que han ignorado los oportunistas que sólo buscan su enriquecimiento personal y de sus mafias sin límites ni controles,  y que tienen a los colimenses sumidos en una profunda barranca, en espera de quien pueda sacarlos de ella.
De los cuatro aspirantes priistas a la gubernatura de Colima, más o menos afincados en la ciudad de México, son Arnoldo y Rogelio Humberto los mejor relacionados con quienes toman las grandes decisiones que inciden en la vida política y económica del país, teniendo al mismo tiempo un buen  conocimiento del teje y maneje del  escenario político local.
Siempre centrados y con un gran oficio político, jamás presumen ser los favoritos del presidente Peña como sí lo hace, por ejemplo, José Ignacio, aromatizado a pinos, “hombre sí”, que no mueve ni media ceja si no se lo ordena el preciso de quien pregona ya le dijo que él será el próximo gobernador de Colima, igualito que como sucedió en 1999, con Socorro Díaz Palacios, respecto a Carlos Salinas de Gortari.

Serán los dueños del nuevo viejo PRI quienes, mediante encuestas o bolas de cristal, identifiquen a su  mejor prospecto para una contienda que fácil no será. Si el alto mando priista nacional no inviste candidato a gobernador a quien mejor posicionado esté, al momento de la decisión, en  el ánimo de quienes sufragarán el domino 7 de junio próximo, a quien los ciudadanos  crean que “va a resolver de mejor manera la generación de empleos, el desarrollo económico, el tema de seguridad, la educación, la gobernabilidad y muchas cosas más”, le pavimentarán a la oposición el camino a la alternancia. Equilibrar de manera armónica popularidad y  eficacia,  simpatías, hechos y resultados racionalmente esperados, es la cuestión a resolver por quienes mandan y gobierna en el PRI de Enrique Peña. 

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