Pergamino
balompédico
Alex Carbajal
Berber
La Décima
El último
episodio de gran futbol de clubes, previo a la Copa del Mundo de Brasil 2014,
fue la final de la Copa de Europa, que a su vez fue un derbi madrileño en
Lisboa, donde el Real Madrid consiguió su décimo título continental ante el
Atlético de Madrid.
Un duelo inédito
en una final europea que enfrentaba al más ganador de toda la historia de la
Champions, y al equipo que marcó tendencia por su futbol organizado, aguerrido,
esplendoroso en algunas zonas de su campo, y que nunca escatimó esfuerzo para
conseguir sus objetivos, como hacerse de la Liga de España, visitando al FC
Barcelona.
En un partido
que quedará para la historia, por la forma en que el Atlético perdió este
título -no tanto por la forma en que el Madrid lo ganó-, los colchoneros
cometieron errores puntuales que cobraron una factura exagerada para el último
tramo del encuentro que definió al nuevo rey europeo.
La poca rotación
de futbolistas en la plantilla del conjunto rojiblanco, durante la temporada,
se vio evidenciada en el cansancio sufrido por los del cuadro de Simeone, en el
último trazo del encuentro. El futbol de presión en la totalidad de la cancha,
se vio mermado por el desgaste del que fueron víctimas sus jugadores, quienes
imposibilitados de correr –como en el caso de Juanfran-, cayeron ante la
impotencia de ver cómo muchas de sus figuras también habían quedado fuera por
lesiones, producto de este mismo trajín, como fue el caso de su mejor hombre,
Diego Costa.
Simeone, sin
embargo, calculó mal su estrategia. Si la fuerza de la plantilla había quedado
embargada en el Camp Nou en la definición de la Liga, fue demasiado temerario
intentar frenar a un Real Madrid obligado a ganar, esperando en el borde del
área. Aunque se pudiera hablar de los cinco minutos de compensación que en
algunos puntos de vista resultaron exagerados, la versión ultradefensiva del
Atlético permitió que las llegadas de un Madrid realmente chato durante el
tiempo regular, recuperara todo lo que había echado por la borda durante
noventa minutos.
El craso error
que permitió el empate de Sergio Ramos, también destapó otras contrariedades.
Lo ocurrido en el complemento es justo para el Madrid, porque su preparador
físico y su entrenador armaron un mejor cuadro para competir bajo cualquier
necesidad. Si el Atlético de Madrid no hizo bien los cálculos para cualquier
escenario en el encuentro, esa responsabilidad se le debe achacar a su cuerpo
técnico.
El Madrid
resultó un justo vencedor de un partido tirado en el límite, por parte del
Atlético, aunque eso no justifique las formas de la celebración merengue. Era
tanta la presión, que tanto CR7 como Varane perdieron etiqueta, dejando claro
que el dinero no compra la clase. Di Stéfano, ahí presente, bien pudo
mostrarles algo de eso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario