Pergamino balompédico
Alex
Carbajal Berber
¿El burdel
en casa?
No me
gusta decir “se los dije”, pero hace menos de un mes, ante la llegada de
Lavolpe al rebaño, pregunté en voz alta cuánto tiempo tardarían en pelearse y,
por ende, distanciarse, dos de los hombres más polémicos del futbol mexicano.
El
tema del acoso sexual del técnico argentino a la podóloga, ante el vendaval de
acusaciones encontradas entre ambos personajes involucrados esta polémica, ha
dejado en predicamento los planes del Guadalajara, con miras a una temporada en
la cual son uno de los candidatos serios al descenso.
Hay
varias vertientes que se han desatado tras el estallido del nuevo escándalo
chiva. Lo que es innegable es que las condiciones en que los directivos de
Chivas reciben el equipo, son desastrosas. No solamente quedaron fuera de la
liguilla, sino que ahora se han quedado sin técnico, sin olvidar la
ridiculización artera de su sistema de funcionamiento intraclub.
Lavolpe
había solicitado un número importante de refuerzos, pues en su momento, llegó a
ser el más sensato de los encargados del equipo. Destapó algunos otros fuegos
que no se han apaciguado. Si es verdad que ciertos directivos del rebaño
acuerdan traspasos con representantes, como lo dijo de Palencia, resultará
demasiado complicado que el chiverío resuelva su próxima temporada de manera
razonable.
Más
allá de esto, lo de tener topos en el vestidor también caló hondo en la
directiva rojiblanca. Si Lavolpe se había enfadado porque un par de futbolistas
funcionaban de orejas para Angélica Fuentes –la esposa de Vergara-, había pocas
posibilidades de que el accionar del argentino tuviera futuro.
En la
historia reciente de Chivas, este es sólo un escándalo más para Vergara. Para
Lavolpe es una novedad, pues le incluye un proceso judicial por acoso sexual,
del cual tendrá que defenderse y comprobar su inocencia. Para Chivas, como
equipo, puede representar el inicio del fin. El equipo está en peligro de
descenso, y los detallitos que desveló el propio entrenador argentino, son los
menos propicios para que entrenadores de calidad se animen a tomar el mando del
cuadro tapatío.
A los
chismes y el tráfico de jugadores hay que agregar que la directiva no paga lo
que acuerdan con entrenadores, una novedad para la hinchada rojiblanca. Y si,
como dice Lavolpe, la podóloga daba masajitos –con o sin final feliz-, habría
que enfatizar otra cualidad a la institución chiva: tener el burdel en casa.
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