sábado, 1 de diciembre de 2012

Guadalajara 2012


Feria Internacional del Libro

Héctor Ortiz Martínez – colaboración para Dimensión

Todo en el ambiente parece celebrar lo mismo. Hojas y perfume descienden de los árboles a confundirse con las cada vez más frías corrientes de aire; la luna se muestra altiva y hermosa en el firmamento, hay miradas ansiosas que otean hacia la misma dirección, donde esperan ver materializado un anhelo repetido año tras año. Quienes saben leer esos símbolos no ocupan explicaciones; sufren una misma enfermedad. Aquellos que aún son inmunes, no quedan indemnes del todo a los síntomas. ¡Claro! Es tiempo de la FIL.

La Feria Internacional del Libro es un festejo editorial donde se concentran por aproximadamente una semana, exponentes y amantes de la literatura de variadas latitudes. La organización de este evento, considerado dentro de los cinco más importantes dentro del ramo editorial, corresponde a la Universidad  de Guadalajara, que cada año comparte el protagonismo con un país invitado.
Este 2012, la batuta es conllevada con la República de Chile, la cual ha desplegado un espacio donde la interacción tecnológica se hermana con el interés literario, ofreciendo un horizonte distinto a la exploración editorial. Además de darnos la oportunidad de convivir con diversos representantes del labor editorial en aquél país (escritores, ilustradores, poetas, etc.).
Se destaca una modalidad que permite a los lectores convivir con algunos de sus escritores favoritos: ‘Mil jóvenes con…’. Precisamente el 27 de noviembre se presentó la escritora danesa Janne Teller, cuya polémica obra Nada ha despertado diversas reacciones en el público lector; prohibido y sugerido como lectura obligada en países a nuestra vista tan similares, como Alemania, Francia y Dinamarca, Nada propone un análisis sobre lo que verdaderamente importa en la vida y aquellos sobre lo que fingimos para embonar en la sociedad.
Durante el desarrollo de la conferencia, cabe destacar la interacción que tuvieron los jóvenes reunidos, que sin desaprovechar la más de media hora que la autora estuvo resolviendo dudas, la cuestionaron sobre su postura ante la censura de la que fue víctima su libro, así como sobre las razones que la llevaron a escribir un libro con temáticas tan delicadas. Posteriormente, se ofreció una firma de autógrafos en el stand de la editorial Planeta, en la cual se podía adquirir el libro.
Ver tantos jóvenes interesados en el recinto, así como paseándose entre los pasillos de la FIL, sugiere una leve esperanza. Dejemos por un momento la realidad que nos grita que están ahí por motivos académicos; que algún maestro aburrido los obligó a ir o que son arrastrados por sus padres.
Creamos por un momento que su interés es real, que buscan en los libros las respuestas a esas interrogantes que el mundo no ha hecho sino acrecentar, que son mentes despiertas y ansiosas de cambiar lo que los rodea… Creamos que en algunos años esos jóvenes serán arrastrados cada año a esta fiesta por un algo que corre por las venas y los emociona cuando el otoño amenaza con terminarse el año. Creamos que la FIL seguirá creciendo, y con ello el futuro de un México mejor.

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