sábado, 1 de septiembre de 2012

En corto…


El adiós de Jelipillo
y otras cosas más

Ricardo Castañeda Avila | Dimensión

O sea, qué onda con Jelipillo y su aire de galán.  Digo, está bien que se quiera despedir del pueblo mexicano de la mejor manera posible, pero rindiendo culto a su propia imagen. No, por favor. Calderón se está yendo como llegó Peña Nieto, envuelto en detallados de cámaras y micrófonos, como si fuera promocional de telenovela o ya de plano, como los videos de panelistas de la seño Laura, con melodrama y toda la cosa.
Claro, a falta de discurso, esta fiesta audiovisual, cuidadosamente diseñada, es lo único que le queda por  hacer a Jelipillo. Y el Mundo de Caramelo que jamás cumplió, dicen más que  mil palabras.

Mientras que el aún presidente de esta traqueteada patria  construye su leyenda de galán sin copete, al estilo Luis Miguel, también anuncian el sexto y último informe de gobierno, con el mismo entusiasmo con el que policías federales  se enfrentaron con agentes gabachos al confundirlos (eso es muy raro en este pobre país, sin huevos). Digo, cómo diablos quiere Jelipillo que nuestros entrañables hermanos de gabacholandia nos ayuden a terminar con la violencia que vivimos hoy en día, si los reciben con esas jaladas. No, por favor, señor presidente, eso es de muy mal gusto. En estos momentos críticos, donde los mexicanos vemos que nuestra democracia es como las películas de los hermanos Almada.
Pero, bueno, que Calderón se quiera ir con la ilusión de ser galán, no importa. Total, es un mundo de caramelo apenas comparable con el de Carstens, que luego de negar  una supuesta alteración de documentos en Baxico a favor del Revolucionario Institucional, acepta que sí se hicieron unas pequeñísimas correcciones por problemas con el sistema del Scotia Bank. Sí, que pueden ser para Carstens en su mundo de caramelo 50 millones. O sea, eso no es nada. Algo así como la lavandería del HSBC.
En fin, a los del tricolor todavía ni les dan  las llaves y andan que no caben. Dicen que no le temen a una alianza entre los del Acción Nacional-Revolución Democrática,  llaman a los del Movimiento Progresista  “reyertas inútiles”. Claro, recurriendo al lenguaje dominguero, y para colmo dicen “arreglaremos el desorden en México”; eso sí, muy categórico. Ya nomás les faltó decir que en 15 minutos, en homenaje al ex  presichente Fox.  Y los panistas se ponen peor que Sicilia House.
Así las cosas, total, antes de que Jelipillo corra del país, debería, mínimo, solucionar el problema de los blanquillos. Mínimo, dar la cara por dejar a México sin huevos y si no, lo mandaremos a la Nueva Jerusalén de monaguillo, esa su tierra donde la educación no tiene lugar.
Y los huevos, qué.
Ya me voy con estas manos que tanto escriben y tanto hablan.

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