martes, 3 de mayo de 2016

El día que mataron tres veces a
Victorino Iturmendi Fernández


España 1936

A Victorino Iturmendi Fernández  lo mataron tres veces entre el 4 y el 5 de agosto de 1936. Una vez en Dicastillo y dos en Morentin.
Más de tres mil fusilamientos se cometieron en Navarra, a raíz del fallido golpe de estado del 18 de julio de 1936 y la posterior guerra civil que desgarró a España en todas sus provincias.
Saga Emperador: Miedo

Un Emperador, cegado por la ira.
Un Reino, desaparecido tras la victoria.
Una Existencia, consumida por el Miedo.
Infierno

Ya lo sé, tu mano no despertará más este cuerpo;
tu boca que me regaba de dicha apenas si se convertirá
en un recuerdo que con el tiempo
tomará la forma de pesadilla,
de las que atacan -sin sorpresas-
cada domingo por la tarde
cuando el pecho se convierte en abismo,
y yo suicida en potencia me lanzaré
aferrado al eco de tu mágica sonrisa
de la que soy cautivo.

EL JUNCO ESCRITOR

La niña pasó corriendo por el pasillo, dio la curva que llevaba a los dormitorios, entró en el suyo, cerró la puerta y se apoyó agitada contra ella. Su pechito parecía incapaz de soportar tantos latidos. Sentía sus ojos inútiles para contener tantas lágrimas, así como notaba que sus manos y sus piernas no podrían sujetar tantos golpes y patadas como deseaba poder dar, pero lo peor era la garganta, tan llena de gritos.
El jardín de yiddó

Qué tendrá este incienso, no lo sé, pero algo en él me hace revivir ese primer momento en que mis pasos se sintieron protegidos bajo la enramada de hojas de uva que, con tanto cariño, al igual que a las flores, frutas y verduras de su jardín, cuidaba yiddó (palabra árabe que en español significa "mi abuelito").
LIBERTAD

Manchan la palabra libertad y no la entienden
quienes la utilizan para matar.
Amaia Villa.

DESTINO

Hay almas que nacemos destinadas a estar solas,
que cruzamos por la vida sin sombras,
transparentes en medio de la niebla...
Un monstruo bajo mi cama

Bajo mi cama vive un monstruo. Lo sé porque lo escucho llorar bajito cuando mi madre apaga la luz a la hora de dormir. Es un monstruo miedoso. ¡Pobre monstruo!
Una estancia coral en los infiernos

Historia de amor y muerte, a más de 60 años de su creación Pedro Páramo sigue recorriendo las calles de Comala como un fantasma más vivo que nunca… sus huellas perduran en la imaginación y los lugares de ese pueblo —San Gabriel— transfigurado por la pluma de Juan Rulfo
  

De ti me acordaba. Cuando tú estabas allí mirándome con tus ojos de aguamarina.
Juan Rulfo

Cruzó, entonces, un guajolote volando —de extremo a extremo— el atrio de la capilla donde, de acuerdo a la novela Pedro Páramo, se veló a Susana Sanjuán. Cerca, muy cerca —en San Gabriel, o Comala—, de donde el cacique y Susana habían volado papalotes de niños. Allí, donde aún se logra escuchar el murmullo de Pedro susurrando las más poéticas palabras dedicadas a la mujer que más amó: “Pensaba en ti, Susana. En las lomas verdes. Cuando volábamos papalotes en la época del aire. Oíamos allá abajo el rumor viviente del pueblo mientras estábamos encima de él, arriba, en la loma, en tanto se nos iba el hilo de cáñamo arrastrado por el viento…”.
Una extraña enfermedad


Sir John pertenecía a una estirpe de nobles caballeros. Por generaciones su familia había proporcionado formidables guerreros que habían resultado vencedores en innumerables batallas. Desde niño él conocía su destino y a tal efecto se había adiestrado con entrega. Siendo todavía un joven, ya poseía una notable maestría en el manejo de la lanza y la espada, incluso a caballo. Pero en donde destacaba sobremanera era en su increíble puntería en el tiro con arco.
UN HOMBRE SINCERO


-¡¿Se puede saber que tanto me ve, señor?!- increpó, de una vez por todas, Mónica, imprimiendo a su voz una mezcla de impaciencia y fastidio que pretendía no pasaran desapercibidos por su mirón.
EL ROMANCE DEL SOL

Hace tiempo, no sé cuánto en realidad, pero no ha sido poco o mucho, si no ambos y ninguno, pues el tiempo no es el mismo ni es contado igual por todos los seres que habitamos este mundo. Pero paso, que tiempo atrás, un hombre de extrañas ropas, similares a una gabardina o aun gabán, de colores amarillos, rojos, naranjas, con rombos y figuras bien trenzadas a lo largo de toda la prenda, por delante y por detrás, que era complicado decir de qué color era en realidad, paseaba por aquí.
“EN EL LATIDO MÁS TENUE 
DE MI ESPALDA”

Siéntate sobre el pelo
del viento, para esperarme
que vuelvo
en el clareo de un cielo,
tan sólo un momento
para sonreír al tiempo
que no escape
y me deje vivirte por más tiempo.

NOSOTROS

Sin dudas
y sin miedo.
Ajenos al peligro,
como el rocío a las hojas,
las lágrimas al rostro
y la sonrisa a los labios
vuelves a mí.

LA VUELTA

En alguna ocasión Juan Rulfo escribió:
“Que al lugar donde fuiste feliz no debieras volver" Y yo volví.

Después de trece largos años regrese al lugar que me vio crecer, Colima.
Mucha alegría y nostalgia invadió mi ser al deleitarme de nuevo con los gigantescos volcanes que resguardan Colima.

Me  apetece



Me apetece
volver a ser yo mismo,
renacerme,
que nadie jamás
vuelva a recriminarme.